miércoles, 24 de agosto de 2011

¡ATENCIÓN! Identidad Nacional, un terreno resbaloso

Se habla constantemente de negros, blancos, amarillos, criollos, mestizos, zambos, etc. Pero en realidad todos hacemos parte de un mismo proceso, el de la Criollización. Sí, todos somo criollos; todos padecemos los mismos males, tanto física como mentalmente. ¿Por qué hablo de Crillización? Por qué la criollización se da cuando los elementos heterogéneos más distantes entran en contacto y producen un resultado imprevisible. Y eso es lo que nos sucede a diario, le sucede a todos a diario. Sin querer queriendo, terminamos escuchando música que jamás pensamos en escuchar y mucho menos pensamos que nos iba a gustar. He visto malformaciones en amigos que rumbeaban con Massive Attack o Depeche Mode, ahora sólo rumbean con Daddy Yankee y Don Omar. Todos los fenómenos que determinan la Criollización son de vital importancia por que permiten hacer efectivo un nuevo enfoque en la dimensión espiritual de la humanidad en su diversidad, lo que permite la reconstrucción del paisaje mental de la humanidad. Así esa humanidad esté envuelta en una diversidad de bailarines "arrechos", eso nos permite aclarar un poco mas ese paisaje mental.

Este paisaje mental de las humanidades actuales es la pregunta por la identidad, identidad como resultado de la criollización, identidad como rizoma, con raíz múltiple, para poder plantear una poética de la relación. Yo creo que todos hemos sido parte de ese círculo vicioso que alguna vez se ha hecho la pregunta de si sé quién soy, por qué estoy acá, para qué sirvo y el sin fin de preguntas de corte existencialista que en lo único en que terminan es en una botella de Jose Cuervo o Jack Daniels, muchos cigarrillos y canciones de Cerati. Nos han formado a partir de mitos y leyendas; de la patasola y la llorona, de imaginerías que nunca nos hicieron entender que por abrirse al otro no se renuncia a la identidad y que se puede intuir la imprevisibilidad de las culturas que nos rodean. 

Ahora nos quieren meter por donde sea y por donde nos quepa el cuento de la identidad nacional. Entonces, todos nos tenemos que identificar con un sombrero vueltiao' por que Colombia es pasión y es lo que más se reconoce en el exterior. No creo que alguien del sur del país se sienta muy identificado nacionalmente con este artilugio. No me imagino a un costeño en Carnaval de blancos y negros y diciendo que es mejor que el de Barranquilla o que un amazoní use ruana, a menos que el frío de Nobsa esté a punto de causarle hipotermia. No estoy a favor de los regionalismos, los detesto. Pero hay que ser consientes, no todos tenemos costumbres iguales y no a todos nos gusta lo mismo y lo mas importante aún, no todos crecimos en el mismo lugar. Hacemos parte de los mismos 1.141.748 K de tierra que tenemos debajo de los pies, pero no nos une una identidad nacional, jamás lo hará. Lo único que nos queda es la esperanza a la tolerancia a través de una línea de pensamiento de apelación de un mundo nuevo. Es una propuesta no al exilio sino a la errancia, para así apropiarnos de nuestra múltiple raíz, ya que la esclavitud empezó con un exilio, la descolonización se da con la errancia.

Comunidades no de raíz única, comunidades rizoma para que así haya libertad de existir, libertad de decir, libertad de crear. La identidad nacional es un terreno resbaloso, y por más que el lema de nuestro bello país sea "Libertad y orden" ni de lo uno ni de lo otro.


1 comentario:

  1. Pienso, que el concepto de identidad nacional en un país como Colombia, que prácticamente es una amalgama de culturas y de regiones, es algo que se debería tratar con mucho cuidado... especialmente porque muchos de nosotros ni siquiera sabemos qué somos o a qué aspiramos llegar... Y eso afecta mucho la imagen nacional.

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