lunes, 23 de julio de 2012

Una vida ahora y no después.

Estamos en el paraíso, no tengan duda de eso. El problema es que llegamos al paraíso y lo volvimos un infierno, literal. 

Tenemos conocimiento seguro y no por actos de fe que la única vida que tenemos es esta, la que estamos viviendo o malviviendo en este preciso instante. Entonces, ¿por qué tenemos que mortificarnos y desperdiciar esa única vida de la que estamos seguros para llegar a una eterna de la que no tenemos certeza? En serio, la vida es muy corta como para no saberla aprovechar. Deberíamos ver esa única vida segura que tenemos como un Dios [En este caso una diosa], a la que le pedimos y por la que hacemos. A la que veneramos con la esperanza de que nos devuelva con creces todos nuestros actos. Karma que llaman. Cada quien es responsable de sus acciones encaminadas a tener una muy buena vida para que cuando tengas que dejar el paraíso lo hagas con la frente en alto y sin desperdicio, solo corpóreo. 

Es imposible que éste no sea el Edén del que nos hablan en La Biblia [Abandone aquí cualquier creencia religiosa que usted tenga en base a La Biblia y mírela como un cuento]. Tiene todo lo necesario para serlo y tal como pasa en El Génesis no lo sabemos aprovechar. No les vengo a echar cantaleta de lo qué tienen y no tienen qué hacer, cada quien vive su vida como le plazca y como más le parezca conveniente. Pero de algo sí estoy segura y quiero que lo sepan, preocuparme por llevar una vida de alabanzas para llegar a un paraíso que no sé si existe no es mi meta en la vida. Ni siquiera una preocupación. 

Lo difícil es no alcanzar a ver todo este paraíso completo porque grande sí es. Apropiarse de un espacio y hacerlo nuestro es una forma de vivir en el paraíso, de disfrutarlo. Complicarnos por cosas inexistentes, en cambio, es una forma de arruinarlo. Me imagino que sabrán por qué digo que estamos en el paraíso pero lo convertimos en un infierno. No todos tienen la capacidad de vivir ese paraíso sencillamente porque para algunos el paraíso lo compone el dinero. Que lo digan las multinacionales.

Por eso, mi vida es ahora y no después. Por eso intento disfrutar cada momento así sea leyéndome un libro en el parque del Planetario Distrital. De lo único que estoy segura es de que si no lo hago ahora tal vez cuando llegue el momento de dejar este cuerpo me arrepienta por toda una vida desperdiciada y me quede "viendo un chispero" porque después de esta no hay más nada. 

Ya puede volver a ver La Biblia como siempre la ha visto. 

viernes, 6 de julio de 2012

Pero, ¿qué carajos les pasa a los "críticos"?


No entendieron el significado de la palabra 'crítico' o no lo valoran. Twitter se ha convertido en una herramienta significativa para entender a muchos de los "críticos" que solo leíamos en periódicos. Ahí tienen a Vladdo, una decepción como persona. Fanático de un solo tema [Uribe] que al igual que su tan criticado expresidente, se ve como el mesías de la crítica política colombiana. No son muy diferentes la verdad. 

El problema es que no le tienen placer a la crítica. Claro, es maravilloso cuando coges tus instrumentos de crítica, te inspiras y de tu cabeza y dedos salen las palabras que para ti son el culmen de tu trabajo. Pero, ¿qué pasa cuando otro hace ese mismo trabajo cuereando el tuyo? Ahí ya no es tan maravillosa la crítica. Ahí se convierte en un ataque, en una persecución, en un acoso. Ahí es cuando no se lee el trabajo del otro porque demerita el mío y se recurre a atacar sin bases ni fundamentos. Yo entiendo, a nadie le gusta que le digan que está mal. Nos pesa el orgullo. 

Parafraseando a Ángel Rama, [Crítico latinoamericano que traspasó las fronteras de la crítica literaria] la crítica es un ejercicio intelectual creador que funciona como eje de articulación. De nada sirve la crítica si ésta misma no se critica. He ahí el meollo de asunto. En Colombia, los críticos se creen en un pedestal, que lo que ellos dicen es palabra santa y por lo tanto no hay derecho a hacerles ningún tipo de aclaración ni de discusión, mucho menos un reclamo. Se les olvidó a estos "ilustres representantes" del pensamiento crítico colombiano que no todos pensamos igual y que no todos tenemos que estar de acuerdo entre todos. 

¿Se imaginan? Todos de acuerdo, lo que dice uno es la verdad absoluta y hay que seguirla como borregos porque "ajá". Yo no me imagino un mundo donde no haya espacio al debate, a la discusión, a la contraposición de opiniones. Obvio, hacer crítica no es fácil y debatirla menos. Menos, cuando lo único que hacemos al no estar de acuerdo es atacar a punta de groserías porque así nos defendemos mejor. Discutir no es lo mismo que pelear y para decirnos las cosas en las que no estamos de acuerdo no es necesario argumentar desde planos personales. Con enfocarnos en la hipótesis de la crítica es suficiente.

Cualquier Daniel Samper Ospina, Adolfo Zableh y Luis Cifuentes parecido con la realidad es pura coincidencia. 

Espero sus críticas porque para eso estamos. 

martes, 6 de marzo de 2012

Algunos apuntes personales sobre el regionalismo.

Desde pequeña no me ha gustado la palabra regionalismo. Debe ser por el estigma que creó la violencia sobre la gente de Barrancabermeja, de donde soy oriunda. Cada vez que íbamos de vacaciones con mi familia a cualquier parte del país, las miradas dicientes no se hacían esperar. Miradas acusadoras que se enmarcan en un "pueden ser guerrilleros" o "pueden ser paracos", dependiendo del grupo armado ilegal que tuviera bajo su yugo a la región. últimamente, he visto cómo ese regionalismo se toma cada vez más y más la mente del colombiano promedio. Expresiones como "costeños mamaburras", "Cachacos desabridos", "Pastusos brutos", "Opitas perezosos" etc., inundan las redes sociales, columnas periodísticas y el diario vivir de una nación que más odio no necesita. 

Y ese es mi segundo punto en contra del regionalismo. Un país que se encuentra dividido por posiciones políticas fundadas en el odio a sus opositores y expresada a través de insultos, no necesita que nos odiemos ahora porque si somos del norte, sur, oriente u occidente. Ahora sólo basta con ser uribistas o no para odiarnos unos a otros. 

Peor aún, es cuando este regionalismo traspasa cualquier tema, con el fin de sembrar más riñas y asperezas entre sus coterráneos. Ya el fútbol es víctima de regionalismo tontos. Como si no fuera suficiente que se mataran los hinchas los unos a otros por el color de una camiseta, por una pasión, que yo también siento, pues soy amante ferviente del fútbol y me duele ver cómo lo que debe ser un espectáculo para disfrutar se ha convertido en una pelea más a causa del lugar de origen del equipo. 


Lo que más me preocupa en sí, es el racismo que se desprende de ese regionalismo. Racismo que desde siempre nos ha acompañado y del que  todavía estamos lejos de desprendernos. Nos enorgullecemos de la diversidad colombiana, pero no la respetamos. Ni nos molestamos por disfrutarla. O, ¿es que esa diversidad que tanto defendemos es la que tenemos en una sola ciudad, en una sola región? Muchos comentarios son utilizados con ánimo de ridiculizar y hacer mofa sobre el color de piel de los "paisanos" y su lugar de procedencia, aireando aún más la violencia entre los mismos. Viajen, conozcan esas zonas del país de las que tanto despotrican, pero que son hermosas, con gente cálida que siempre está dispuesta a tenderle la mano. 


Dejen de creer que una ciudad o región es mejor que otra. Ya sea costeño, santandereano, chocoano, paisa, cachaco, valluno, pastuso, opita, caucano, tolimense, llanero, amazónico, isleño, indígena o de cualquier parte del territorio colombiano, todos comemos la misma mierda que nos sirve Colombia. 

miércoles, 4 de enero de 2012

BESO CON LENGUA Sexo Oral.

Morfema de lenguas,
vocalización perfecta de la a entre las piernas
posición de sensaciones
fonema íntimo
cavidad nasal
triángulo donde se moja la lengua
abertura máxima
pubidés vocálico
baja lenguas
voz
vagina fonética
papila gustativa
morfología
pronunciación íntima
paladar explorador del exotérmico
saliva
si-laba
si
a
cerrada
abertura pélvica
vocálica
a
máxima
menor media
lengua 
anterior
posterior
respiración
morfema
no se pueden cerrar las piernas
orgasmo
sonido sin habla
sonoridad
resonador
acento
donde no se habla
sólo se gime
y
se 
redime
el movimiento.


María de los Ángeles Popov, poetisa afrocolombiana nacida en Roldanillo, Valle. http://www.letralia.com/183/articulo08.htm