martes, 20 de septiembre de 2011

Estamos bien perdidos.


Esta semana no pinta muy bien. Este mes no pinta muy bien. Este país no pinta nada bien. 

Desde la semana pasada andamos en la puja por todos los acontecimientos que nuestro ilustre gobierno e ilustrados gobernantes han hecho, dicho y no dicho. Primero, que salimos del margen de pobreza, si ganamos más de 190.000 pesos al mes. 100.000 pesos se gasta alguien que va a trabajar y usa Transmilenio como medio de transporte. Es una cifra aproximada. Segundo, que ya están que nos sacan a Angelino, por estar en contra de esta cifra. Parece que ser popular o del populacho, no está bien en el gobierno. Por eso es que la gente escoge a gente como Samuel Moreno que es gringo, para que nos gobiernen. Ahí tienen los resultados. Ser sindicalista, popular, barrigón, cumbambón (de cumbamba o quijada pronunciada) y tener las arterias atestadas de grasa no representa al pueblo que gana más de 16 millones de pesos. Si, no se lo niegue más, vivimos en un país inviable.

Tercero, Samuel Moreno se nos va a volar. Como es gringo, pues le sale mas fácil "refugiarse" en su país de nacimiento, que responder por todos los escándalos causados en el país al que ha robado. "Pendejo no soy" dirá el bobalicón. No se han dado cuenta qué Samuel Moreno se cree modelo de pasarela? Entra muy sonriente a las audiencias, proclamándose inocente, responde a medias y vuelve y sale sonriente. Se nos va a volar. O lo agarran ahora o lo sueltan para siempre. El tío Sam debe estar feliz de recibir a uno de sus mas capacitados ciudadanos. 

Cuarto, y no menos importante, y lo más relevante, es que nuestro presidente del Senado, está mal de plata. No es justo que un hombre que ocupa con dignidad una curul en el senado, gane miserablemente 16 millones de pesos. Que tenga dos carros y no le alcance para la gasolina. Que le toca viajar con cuatro, cinco guardaespaldas en un mismo carro. No es justo. Demasiado digno para esto. Es que hay que ponernos en sus zapatos. Un "Señor" que viaja por todo el país, y de tan magna importancia, no puede andar en esas. No está bien visto, que comparta el carro con los escoltas, además que deben ir muy incómodos. Pero lo realmente indignante, no son las declaraciones de éste, sino, que nadie del senado se pronuncie, todos están de acuerdo obviamente, salvo por Luis Fernando Velasco, que radicó un proyecto para anular esto. A la larga, no funcionará. Los senadores y congresistas no se van a poner la soga al cuello, no van a sacar de su bolsillo para movilizarse cómodamente por el país. Eso no les corresponde a ellos, eso nos corresponde pagárselos a nosotros por que para eso nos representan. 

Si señores y señoras. Siga dama, siga caballero, por que es verdad, estamos bien perdidos. Mañana se les olvidará y dentro de muy poco, estarán eligiendo a Corzo por encima de Angelino. Es mejor alguien que se vea bien puesto, con traje ajustado, y que sea sincero y nos dé el robo al Estado como una opción, a que venga un populista a representar algo que no somos. 

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Todo muerto es santo.

Escuchamos a cada rato que somos indolentes a la guerra, al analfabetismo, a la discriminación, a la plutocracia, y a un sin fin de cosas más. Pero no somos indolentes con los que en realidad deberíamos serlo, con los muertos. Ojo, no con la muerte, sino con los muertos. 

Me fui para un velorio que día y no sabía que el muerto era un santo. De haberlo sabido, hubiera buscado un escapulario y lo hubiera hecho bendecir para dárselo a mi madre. Era impresionante las cosas que se decían de él. Era un gran esposo, excelente padre y un hijo ejemplar. Yo lo conocí por que era un morboso empedernido, mujeriego y borrachín. Todo el mundo lo sabía, pero nadie hablaba de ello. Era un momento de regocijo que no se podía perturbar con las indecencias del muerto que había pasado a "mejor vida". Había mucho llanto como buen velorio y me impresionó no ver plañideras llorado al santo al lado del cajón. A uno le da pena, pero en medio del cuchicheo postmortem, se escuchaban expresiones como : "Tan buen hombre que era", "en plena flor de la juventud llega y le pasa esto", "pobrecita la familia del difunto". Otros, mas consientes de la vida del muerto, cuchicheaban: "Pero menos mal se gozó la vida", "Ah marica, que embarrada este man". Y obviamente no faltaba la señora de la quinta edad: "Se murió el difunto, que pesar".

Una vez, en otro velorio en Barrancabermeja, el muerto no era santo, pero si era muy bueno. Era ladrón, y de los mejores. Igual se le veló, se le lloró, se le sufrió y se le enterró. Pero para qué ponerse a decir todas esas cosas del muerto si hay que recordarlo por las cosas buenas y no las malas. Pues no estoy de acuerdo. No hay que ocultar la vida la del muerto. Al pan pan y al vino yo.

Cuando se muere un político me recuerda al muerto del párrafo anterior. Pudo haber sido el peor político de la historia; el mas ladrón, el mas ruin. Sin embargo, está muerto y fue un hombre ejemplar, todo un ejemplo para la clase dirigente política. Si claro, claro que es un ejemplo para esa clase de ratas que nos dirigen. Que un político calaña muera debería alegrarnos, que lo llore la familia y las ratas. Todo el mundo tiene derecho hacer su duelo independientemente de lo que la persona haya sido en vida o no. Pero no hay que engañarse, el muerto no era un santo.

No es cuestión de irrespetar al difunto, es cuestión de decir las cosas como son. El hecho de morirse no redime los "actos impíos" cometidos en vida. El arrepentirse en el lecho de muerte tampoco ayuda. El morirse no lo hace a uno bueno, aunque la familia y los amigos lo quieran hacer ver a uno así. Lo hecho, hecho está. 

Por eso le digo a mis amigos, que cuando me muera, ¡Expresense! No me ubiquen en un pedestal que jamás lo he estado y no es mi intención. Al muerto, lo del muerto.